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DIAPORDIA.-La pirámide alimentaria llega a la cúspide y completa su recorrido por 2019. En el último eslabón se encuentran aquellos alimentos que, por sus valores nutricionales, hay que consumir con moderación. La nutricionista Laura González explica en “El Bisturí”, qué alimentos forman parte de esta última etapa alimentaria y aporta recomendaciones para reducir su consumo
La cúspide de la pirámide alimentaria está formada por todos aquellos alimentos que debemos consumir en pequeñas cantidades y baja frecuencia.
Laura González, responsable de nutrición y salud de Nestlé, ha desmenuzado la pirámide durante 2019 y ahora completa el análisis.
“Es una amplia variedad de alimentos que son de distinta naturaleza, pero tienen en común su alta densidad energética y alto contenido en sal, azúcares añadidos, grasas totales, además de en grasas saturadas o grasas trans”, advierte la nutricionista.
Una dieta basada solo en alimentos y bebidas que están en la cumbre de la pirámide y sin presencia de verduras, frutas o legumbres supone un factor de riesgo a la hora de padecer algunas enfermedades crónicas como la diabetes, por ejemplo. También aumenta las probabilidades de padecer obesidad, hipertensión o síndrome metabólico.
Sin embargo, muchos de estos alimentos han formado parte de patrones de alimentación saludables dentro de la dieta mediterránea (derivados cárnicos o dulces tradicionales, por ejemplo).
“La diferencia es que antiguamente solo se incluían en ocasiones especiales ligadas generalmente a celebraciones religiosas o familiares o incluso a otros acontecimientos culturales”, aclara Laura.
Carnes rojas y elaboradas
Las carnes rojas y elaboradas son una buena fuente de proteínas, vitaminas y minerales, pero la experta advierte que es preferible el consumo de carnes magras y blancas (pollo, pavo o conejo). También aconseja desgrasar las carnes antes de consumirlas para reducir su aporte calórico.
En el caso del pollo, la grasa se localiza en la piel, las alas y en pequeños paquetes en los muslos; en el conejo se encuentra alrededor de los riñones. Si preferimos consumir carne de cerdo, la experta aconseja elegir los cortes más magros del lomo o solomillo.
pirámide alimentaria
Es recomendable reducir el consumo de carnes grasas/EPA/Rolf Vennenbernd
“Si se piensa en el contexto de consumo de hace décadas, así como también en el estilo de vida que había entonces, se entiende que el consumo de carnes grasas y de grasas sólidas fuera necesaria para hacer frente al alto gasto de energía que se requería”, compara.
El jamón serrano es, sin duda, el derivado cárnico por excelencia de nuestra cultura siendo España el de mayor productor mundial. Es un producto rico en proteínas y variable en grasa (desde el 9 % hasta el 22 %). También es fuente de tiamina (vitamina B1), riboflavina (vitamina B2), vitamina B12, vitamina B6, fósforo y zinc.
“Aunque no hay una recomendación expresa dada la calidad de su grasa, especialmente en los ibéricos, una persona sana podría incluirlo varias veces al mes en cantidades prudentes sin que suponga problema”, indica la nutricionista.
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